Marieta Sánchez

«En algún momento se abrirá el arco iris de papeles para mujeres latinas en las plataformas, con personajes inclusivos que tengan que ver con la diversidad cultural española».

La cultura en nuestro país está por reformar, y la pandemia aún ha reafirmado más esta situación. Pero hay países en los que aún no se han puesto unos cimientos sólidos, como es el caso de Cuba, un país machista que no permite desarrollar a una mujer todo su potencial artístico o cultural por el simple hecho de su género. Son muy pocas las mujeres que pueden dirigir una película, por ejemplo, y quienes lo han logrado, difícilmente han firmado más de una y han tenido que luchar duro para conseguirlo. Por eso, emigrar se convierte muchas veces en necesidad para aquellas mujeres que quieren dedicarse a la interpretación. Y por eso, son mujeres fuertes y con una energía inacabable, como la cuentera y actriz Marieta Sánchez.

No vamos a hacer un vituperio ni un panegírico político entre unos países ni otros, no ha lugar en este blog. Sólo os invito, en estos momentos complicados para viajar con avión, a hacer servir nuestra imaginación y dar un paseo por la cultura afrocubana acompañados por Marieta Sánchez, con sus cuentos, su sabrosura y su sonrisa tan brillante que, como dirían en su país, no hace falta linterna cuando llegue un apagón.

Poder explicar a otras culturas de dónde vienes, cómo es tu sentimiento y tu crecimiento es pluriculturalidad. Eso es la inclusión.

©Eva Font

Marieta nació en Santiago de Cuba y se graduó en interpretación en el Instituto Superior de Arte el año 1989. Sus primeros trabajos profesionales fueron en septiembre del mismo año con el Grupo Anaquille, con quien tuvo su primer protagonista en la obra La hija del gran Alafi. Formó parte de diferentes compañías como la reconocida El buscón, Teatro Estudio o Teatro Caribeño. En esta última, dirigida por Eugenio Hernández, se introdujo en los orígenes de la cultura afrocubana y aprendió muchas de las historias pataquines y cuentos que ahora narra. También le permitió participar en numerosos espectáculos infantiles; en concreto, con la obra Patakín de una muñeca negra, entre 1993 y 1994, con la ganaron muchos premios y reconocimiento por todo el país.

En España quiso continuar con el género infantil y cuentacuentos, y a partir de aquí forjó su vertiente como narradora de historias cubanas. Su primer trabajo en Barcelona fue con la Xarxa de Biblioteques, en Dies de Contes y, sobre las tablas, en la Sala Artenbrut con Negra, en 1997, un espectáculo de poemas de Nicolás Guillén en el que se combinaba la música con la danza afrocubana. Fue así como descubrió nuestro interés por dicha cultura e inició su camino como cuentista profesional. Diez años más tarde, en el Festival de Narración Oral Cuenta con Agüimes en Las Palmas y Tenerife, nace Güemilere (fiesta en yurubá), su espectáculo por excelencia donde cuenta su origen afrocubano y que hoy en día ha evolucionado y aún podemos disfrutar con el nombre de Ancestros. Como cuentera ha actuado en plazas, colegios, bibliotecas, museos y en muchos festivales: en el Festival de Narración de Almada en Portugal, en el de fábula del Montseny o en Veu Alta de Vilafranca del Penedès. Es miembro de la Red Internacional de Cuentacuentos.

Asimismo, como actriz ha participado en diferentes festivales internacionales de teatro: el Grec de Barcelona, el de Folklore y Percusión en Canet de Mar, el Internacional de teatro de Tortosa, el Festival Muecas de Tenerife o el Internacional de teatro amateur de Girona. Con este último, empezó en su inauguración en 2005 como encargada de dinamizar y coordinar el café teatro de la Casa de Cultura del FITAG de noche y, actualmente, es la responsable de los escenarios del Auditorio Viader y la relaciones públicas.


Sobre las tablas, hemos podido verla en Cacao, de Dagoll Dagom; en la lectura dramatizada de Don Juan Tenorio en el Teatro Romea; en Mujeres de nieve; en la divertidísima y controvertida Adossats, de Ramon Madaula; Migracions.es; y La Valla, por citar algunas de su extenso currículo. Además, ha dirigido las lecturas dramatizadas Call Center, para la AADPC y el grupo de teatro de la Universidad de Alicante; La venganza de Don Mendo, con la escuela de de teatro Municipal de Santa Lucía; y Meñique, para el Festival de teatro infantil de Gran Canarias.

Son más de 15 años dedicados a las artes escénicas, pero también ha trabajado en cine y televisión, en series como El Comisario, Hospital Central, La riera, La que se avecina, La pecera de Eva, El Cor de la Cuitat, Sagrada Família o 13 anys i un dia; y en diferentes telemovies como Violetas, Proyecto Casandra o Temps Afegits entre otras. En la gran pantalla, podemos verla en Qué se nos perdió en Cuba de Alexis Garcia, Animals de Mercè Llorenç, o Forasters de Ventura Pons, entre otras.

Para finalizar el recorrido por su trayectoria profesional, cabe destacar su trabajo como docente en las especialidades de Interpretación, Comunicación Oral y Comunicación no verbal, en varias universidades de España.

Durante el confinamiento, Marieta se ha reinventado y actualizado a los tiempos actuales con un canal de Youtube en el que nos cuenta sus reflexiones sobre la pandemia a través de temas como la necesidad de lavabos públicos ante las restricciones horarias de la restauración, sobre cómo ligar con la mascarilla puesta, cómo hidratar el pelo en casa y, lo más importante, sus experiencias como madre soltera de un niño de 10 años, su caballero, como ella lo llama, compañero inseparable desde que nació y que ha llevado con ella a todos lados: platós, grabaciones, teatros…

Qué mejor lugar que conocerla y hablar con ella en La casa dels contes, donde, poco después de esta entrevista, pudimos disfrutar del espectáculo Mujeres de nieve.

Entrevista completa con Marieta Sánchez

Buenas tardes, Marieta. Es un placer conocer a una actriz cubana y residente en Barcelona desde hace unos años, pero que sigue impregnada de sus raíces cubanas. Supongo que debe ser muy recurrente que te pregunten sobre la situación política y social en tu país, así que sólo hablemos de ello si te apetece. Lo que me sí me gustaría es hacer una apreciación: ¡qué bonito seguir sintiéndote con tus interpretaciones y ese aura tuya tan cubana!

Tu identidad nunca la pierdes. Poder expresar y explicar a otras culturas de dónde vienes, cómo es tu sentimiento, cómo es tu crecimiento es bonito. Es la pluriculturalidad. Eso es la inclusión.

Hablemos de tus inicios: ¿en qué momento decides venir y por qué eliges España como destino?

No fue una decisión: fue una casualidad. Cosas que pasan. Conocí un casal que estaba en Sitges, hermanado con la Havana. Estuve trabajando durante un periodo enseñándoles la ciudad y la cultura. Entonces me invitaron a venir y fue cuando descubrí quién eran los catalanes, que para mí todos eran gallegos. ¡Ah! Y la canción «baixant de la font del gat… Marieta de l’ull viu!», de dónde venía mi nombre.

¿Crees que a nivel cultural y artístico, por lo que se refiere a una carrera interpretativa, es un buen país para vivir?

Sí. Yo creo que cualquier país sería bueno para vivir siempre que tú tengas la certeza y la constancia de querer hacer lo que te gusta. De cumplir esa ilusión de hacer lo que sea tu profesión y continuarla en cualquier rincón del planeta, aunque sea haciendo teatro en una zona rural. La interpretación se puede extender a cualquier parte de la vida. España fue una elección casual, pero fue maravillosa.

¿De dónde viene tu afición por los cuentos? En Cuba hay otras mujeres como Coralia Rodríguez que también destacan por las artes de la oralidad.

Coralia Rodríguez es una gran maestra de la narración oral. Es un referente tanto en Cuba como en otras partes del mundo. Yo empecé trabajando de profesora de teatro para niños, contábamos cuentos en clase con un personaje que se llama Tía Tata cuentacuentos, que viene de un personaje de Cuba cuando yo era niña. A partir de ahí, me gustó tanto que lo llevé no sólo a nivel infantil, también para los adultos, y mostrar los cuentos afrocubanos, los pataquines, que ofrezco como narración oral.

Has participando como cuentera en plazas, escuelas, bibliotecas, museos….

Es un placer contar porque la narración es algo muy cerquita. Te acerca muy rápido a la gente, no es una obra en la que tienes que imbuirte y esperar a ver qué pasa. En seguida conectas con la historia. Y como son historias que las personas desconocen, es sorprendente la reacción del público: es muy acogedora.

Tu faceta de actriz mezclada con la de narradora me provoca a preguntarte: cuando interpretas un cuento, ¿estás contándolo, estás creándolo o estás recreándolo?

Lo hago todo, ¡un completo! No soy una narradora oral al uso, no solamente utilizo la palabra porque, como vengo de la interpretación, trabajo mucho lo corporal. Además, los cuentos afrocubanos tienen música y danza: la música me acompaña un percusionista y yo canto e interpreto la gestualidad para que se entienda bien la historia. Una forma de acercarnos es lo visual y recrear una historia con música y visual es una manera de narrar casi interpretativa. Pero no se interpreta un personaje, sino una historia.

Es una suerte haber encontrado en el camino personas que te pueden acompañar de tu mismo país y de tu misma manera de ver el arte.

Si nos fijamos en el papel que ha tenido cultura cubana en la mujer, vemos que, históricamente, es muy reciente el acceso de la mujer a la escritura. Muy pocas mujeres sabían escribir. Hoy tenemos la oportunidad de poderos ver a ti, Marieta Sánchez, con Yaneys Cabrera y Ma Lilia Cano, tres mujeres, interpretar Mujeres de nieve. Nunca estará mejor dicha la frase ¡qué suerte tenemos de poder disfrutaros!

Es una suerte haber encontrado en el camino personas que te pueden acompañar de tu mismo lugar, de tu mismo país y de tu misma manera de pensar o de ver el arte. De crear. Yo digo siempre que soy afortunada porque me siento muy bien acogida con una gran pianista que interpreta la música y canta y con una actriz brutal, que me arrastra a los sentimientos más hermosos.

Amor, desamor, pasión… y cómo no, de nuevo ese sentimiento de identidad, con textos propios vuestros. Háblanos sobre este espectáculo de poesía teatralizada.

Es una historia hecha de poesía de diferentes mujeres lationamericanas y pensadas para la mujer. Cuando empecé a recrear la trama en mi cabeza pensé que tenía que ser algo de mujeres para mujeres, con la fuerza que tiene la mujer y con su sensibilidad. Escogimos poetas de diferentes épocas y la estrenamos en Casa América de Cataluña. Hay canciones compuestas por Ma Lilia Cano e interpretamos música de Cuba. El nombre de la obra es de una canción de Silvio Rodríguez que está dedicada a la mujer.

El día a día nos arrastra a una rapidez que provoca que se nos olvide el darnos tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas.

Parece que la falta de tiempo, los horarios laborales, el ir siempre corriendo son algunos de los motivos por los que ya no contamos muchos cuentos antes de dormir. Y lo peor: no leemos muchos libros. ¿Crees que el confinamiento ha provocado el volver a disfrutar de la literatura y de volver a leer cuentos a nuestros hijos?

El confinamiento ha provocado el reencontrarnos en situaciones que habíamos olvidado. Y eso es fundamental, no tanto a nivel de las relaciones sociales y familiares, sino a nivel íntimo. El poder decir «tengo tiempo para dedicarme dos minutos a leer algo que no había leído o tenía pendiente». O escribir algo que no podía. El día a día y la rutina en la que nos vemos imbuídos nos arrastra a una rapidez que provoca que se nos olvide el darnos tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas, tanto a nivel individual como en familia. Los padres, al reencontrarse con sus hijos, han tenido tiempo para jugar más, para conocerlos más, obligadamente quizás, pero ha estado muy bien. Ha sido una pausa positiva porque ha reencontrado cosas que dejaron de ser obligadas para convertirse en una rutina. Es hermoso que haya pasado.

¿Y tú, has tenido ocasión de leer mucho en casa durante el encierro obligatorio? ¿Cómo te ha afectado en tu situación personal y laboral?

Laboral, tristemente, la cultura se ha visto muy afectada. El gremio de las artes escénicas está siendo muy triste por el aforo limitado, el cierre obligatorio, la no programación… Ha sido una pandemia que ha arrastrado a que no solamente todos tengamos un cierto alo de tristeza, añoranza y frustración, también de recesión a nivel económico y laboral. Hay que minimizar tu situación de vida y esto es duro de sobrellevar. Después de la tempestad viene la calma: uno de los refranes muy antiguos que siempre son muy sabios. Iremos poco a poco retomando todo. Aquí mismo, en La casa dels contes, un magnífico lugar que nos ha acogido en este momento y tiene una programación muy amplia. Hay que buscar pequeños huecos donde continuar mostrando el trabajo que hacemos.

La interpretación se puede extender a cualquier parte de la vida.

Qué extraño debió ser el último FITAG…. ¿Cómo te sentiste representando Els contes de la tia Tata?

FITAG es para mí un respiro del año, es el pulmón teatral porque estoy durante una semana viendo veintipico obras de teatro y compartiendo con un público diverso de todas partes. Llevo casi 15 años en este festival. Este año ha sido raro, con las mascarillas, todos limpiando corriendo sillas… Pero se ha hecho con muchas medidas de seguridad, ha habido un incremento de público y una respuesta súper consciente. Estuve como actriz con la Tía Tata, para apoyar el festival. Hubo muchos grupos que cayeron a última hora porque no podían viajar, entonces yo me ofrecí a ver lo que fuera. El petit FITAG era una idea que surgió hace unos años y no queríamos que se perdiera. Estuve contando para ellos, fue raro porque había pocos niños, pero respondieron muy bien, son muy agradecidos.

¿Qué tal se presenta la edición del próximo agosto?

Ahí estamos. Están abiertas otra vez las plazas para que se inscriba todo el mundo. Iremos revisando todas las propuestas. El director, Martí Peraferrer, que es un gran creador, amigo, director y hombre de teatro, nos dirá qué programación hay. Pero se hace y esperamos que, con la vacuna, sea un poco más leve y unas medidas más amplias. La cultura ha de seguir.

Y ya que mencionamos el futuro, ¿qué proyectos tienes previstos en un mañana inmediato?

El día 1 de mayo, esta mujer trabajadora representará aquí Santa Cecilia, una obra de Abilio Estevez, un dramaturgo cubano, dirigida por Alfredo Alonso, con Ma Lilia Cano al piano. Es mi música fetiche: está en todas mis obras. Se trata de un monólogo dedicado a la Havana, con un nivel de intensidad y poesía muy bonito. Y a partir de entonces, continuar caminando con Mujeres de Nieve y Santa Cecilia por donde se pueda. También estoy haciendo «terapingdance», un evento donde daré unas clases de empoderamiento femenino: cómo podemos encontrar la positividad y la fuerza, cómo volver a creer e ilusionarnos a través de las herramientas de la interpretación. En cuanto a las plataformas, espero que en algún momento se abrirá el arcoiris de personajes para mujeres latinas. Que mujeres como Yaneys Cabrera, esta magnífica actriz, y yo y otras mujeres que estamos en España podamos incursionar en cualquier plataforma, no sólo con un personaje latino marginal, sino con un personaje inclusivo, que tenga que ver con la realidad de la sociedad española, donde hay una diversidad cultural maravillosa.

2 comentarios en «Marieta Sánchez»

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